El mundo en Letras

TRES SONETOS

  • Nana Geraldine Cabo Bizet

Embriagada

Que el corazón no puede estar más ancho,
que quiero dormir más pero no puedo.
Un salto de licor de vuelta al ruedo,
y no hay escapatoria de ese gancho.

En el hallazgo al fin el plexo ensancho,
y en expansión aunque destapo al miedo,
gozo la vibración pero no cedo,
de la certeza escapo en zafarrancho.

Suerte monocromática que tomo,
cuando el selvas de verdes y amarillos,
hay colores sorpresas que me llaman.

Y es que mi andar en desbocada domo:
Aunque palpito porque existe el brillo,
todo me juego cuando me reclama.

Cuando llegas

Bulle siempre la sangre, cuando llegas,
si te vas, aún navego en el recuerdo.
Se me escapa el remanso de lo cuerdo,
y al imán de tu voz me entrego ciega.

Hay un salto en palabra, que me anega,
y en las aguas te busco, me abro, muerdo.
En tu risa, al instante, el rumbo pierdo,
y es tu abrazo la paz que me sosiega.

No lo entiendo, no hay forma de atraparlo.
Hay destello en el lazo, en la querencia,
y no hay fuerza que evite lo que siento.

Haz entrado a mi mundo sin buscarlo,
fui sabiendo del fuego en tu existencia,
y hoy me prendo al murmullo de tu aliento.

Libertad

El cuerpo se ha librado de ataduras,
y busca entre tus brazos las estrellas.
Lamento haber perdido las querellas,
que daban a aquel pecho la otra altura.

Muy tarde me he soltado a las honduras,
sublimes del placer que deja huella.
Me enciendo sin temor en la centella,
reniego del mañana y su premura.

No hay tiempo preferido sobre este.
No hay luna más redonda que la nuestra.
Saldremos de este día renovados.

Te pido, no escatimes, lo que cueste,
que jueguen nuestras almas a la diestra.
Mutemos hasta habernos encontrado.

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