Es Ballet El Cascanueces un clásico de Navidad en los teatros de todo el mundo

Piotr Ilich Tchaikovsky jamás imaginó que la música que compuso para convertir al ballet el cuento «El Cascanueces y el Rey de los ratones» se convertiría en una evocación navideña y que año con año, sería el ballet con el que los teatros del mundo darían la bienvenida a la temporada navideña.

En León se ha vuelto una tradición y cada año, es esperada la presentación de la Compañía del Ballet de Monterrey la cual tiene una excelente puesta en escena que se ha convertido en la favorita de los leoneses, pues al talento profesional de los regios, se une el de la niñez leonesa que participa en esta bella disciplina en alguna de las diversas academias de León, quienes son invitadas a audicionar para seleccionar al elenco infantil.

Este año, las presentaciones se desarrollaron del 12 al 14 de diciembre con cuatro funciones cuyo boletaje se agotó, lo que motivó que de la segunda función, se tuviera una transmisión en vivo a través de TV 4.

El Cascanueces es un cuento-ballet estructurado en dos actos, creado por Piotr Ilich Tchaikovsky, bajo encargo del director de los Teatros Imperiales, Ivan Vsevolozhsky, en 1891.

De la literatura al teatro

El Cascanueces se estrenó en septiembre de 1892 en el Teatro Mariinski de San Petersburgo. En la producción original la coreografía fue creada por Marius Petipa y Lev Ivanov. El libreto fue escrito por Ivan Vsevolozhsky y el propio Petipa, basándose en la adaptación de Alexandre Dumas (padre) del cuento “El Cascanueces y el rey de los ratones” de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann.

Estreno en San Petersburgo

Se trata del op. 71 de Tchaikovsky y es el tercero de sus ballets después de El lago de los cisnes y La bella durmiente. Antes de su estreno, Tchaikovsky seleccionó ocho números del ballet para formar la Suite El Cascanueces op. 71a, concebida para tocar en concierto. La suite se tocó bajo la dirección del compositor el 19 de marzo de 1892, con ocasión de una reunión de la Sociedad Musical en San Petersburgo. La suite fue popular desde entonces, aunque el ballet completo no logró su gran popularidad hasta la década de 1960. La música se conoce, entre otras cosas, por el uso de la celesta, un instrumento que el compositor ya había empleado en su balada sinfónica “El voivoda” de 1891. Es el instrumento solista en la Danza del hada de azúcar, pero también aparece en otras partes del segundo acto.

El Cascanueces, un ballet que se volvió popular

Unos cincuenta años después del estreno, Walt Disney utilizó parte musical de El Cascanueces en su película Fantasía de 1940. A la gente le gustó la película y comenzaron a interesarse por el ballet. El interés creció cuando el montaje de El Cascanueces de George Balanchine fue televisado a finales de 1950. El ballet ha sido representado en muchos lugares diferentes desde entonces y se ha convertido quizá en el más popular de todos los ballets en los países occidentales, principalmente representado en Navidad.

Composición

Tras el éxito de La bella durmiente en 1890, Vsevolozhsky encargó a Tchaikovsky la composición de un programa doble con una ópera y un ballet. La ópera seria Iolanta. Para el ballet, Tchaikovsky volvería a unir fuerzas con Marius Petipa, con quien ya había colaborado en La bella durmiente. La trama de la historia de Hoffmann (y la adaptación de Dumas) se simplificó en gran medida para el ballet. El cuento de Hoffmann contiene un largo flashback dentro de su trama principal, titulado “El cuento de la nuez dura”, que explica cómo el príncipe se convirtió en el cascanueces. Esto se omitió en el ballet.

Requerimientos de la obra

Petipa proporcionó a Tchaikovsky instrucciones muy detalladas para la composición de cada número, incluso en cuanto al tempo y el número de compases. Estos fueron algunos de los requerimientos del coreógrafo para diferentes números de la obra:

  1. Música grata al oído. 64 compases.
  2. El árbol de Navidad encendido. Música chispeante. 8 compases.
  3. Los chicos entran. Música animada y jubilosa. 24 compases.
  4. Momento de sorpresa y animación. Unos pocos compases de trémolo.
  5. Una marcha. 64 compases.
  6. Entrada de los incroyables (increíbles). 16 compases, rococó (tempo de minuet).
  7. Galopa.

Las instrucciones se dieron de esta manera, incluyendo el tempo y medida de compás signado a cada episodio. Por fin Tchaikovsky fue convencido y se dispuso a iniciar la tarea. La finalización de la obra se interrumpió durante un corto periodo de tiempo debido a una visita del compositor a Estados Unidos durante 25 días para dirigir los conciertos para la apertura del Carnegie Hall. Tchaikovsky compuso algunas partes de este ballet en Rouen, Francia.

El Cascanueces, un reto a la creatividad

Piotr Ilich estaba menos satisfecho con El Cascanueces que con su ballets anteriores. Aunque aceptó el encargo de Vsevolozhsky, no tenía un interés particular en componerlo, a pesar de que le escribió a un amigo durante la composición del ballet: “Diariamente me vuelvo cada vez más afinado a mi tarea”.

Se dice que durante la composición de El Cascanueces, Tchaikovsky discutió con un amigo, quien apostó a que el compositor no podría escribir una melodía basada en las notas de la octava en secuencia. Tchaikovsky le preguntó si importaba que las notas fueran ascendentes o descendentes, a lo que le respondió que no. Esto dio lugar al Grand adagio del Pas de deux, en el segundo acto, el cual se suele bailar después del Vals de las flores.

Estructura

Acto I

Obertura miniatura
El árbol de navidad
Marcha
Galope de los niños y danza de los padres
Escena de danza
Vals del abuelo
Clara y el cascanueces
La batalla
Un bosque de pianos en invierno
Vals de los copos de nieve

Acto II

El castillo mágico en el reino de los dulces
Clara y el cascanueces
Divertimento
Vals de las flores
Pas de deux
Vals final y apoteosis

Con: Información complementaria de Música en México

Fotos: Teatro del Bicentenario

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