Las hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal nacieron en la provincia de Salcedo, en República Dominicana. El lugar hoy lleva su apellido, en honor a su lucha en la resistencia contra el régimen de Rafael Leónidas Trujillo, que terminó en el asesinato de las tres en 1960. La fecha en que sus cuerpos fueron encontrados, el 25 de noviembre, se ha convertido en la celebración internacional del “Día para eliminar la violencia contra la mujer”, instaurado por la ONU en 1999.
Fueron apodadas como “Las Mariposas”; las tres comenzaron activamente a participar de la lucha contra Trujillo, un líder que no permitía la discidencia. Minerva y María Teresa fueron constantemente asediadas por sus opiniones y acciones políticas, siendo apresadas varias veces. Minerva además sufrió el acoso de Trujillo, que al verse rechazado en sus avances amorosos, complicó la vida de la familia Mirabal entera. Minerva estudió Leyes, María Teresa matemáticas y Patria era mecanógrafa; todas se casaron jóvenes, con hombres igualmente luchadores y embarcados en la causa política.
Las hermanas Mirabal integraron diversos movimientos que intentaban traer abajo a Trujillo. En 1960, Minerva y María Teresa fueron nuevamente apresadas y condenadas a tres años de cárcel, pero tras presiones al régimen de Trujillo, fueron liberadas a los pocos meses. Sus maridos en cambio, permanecieron en la cárcel.
Ese mismo año, Patria, María Teresa y Minerva fueron interceptadas en un auto por la polícia secreta, quienes tras ahorcarlas y golpearlas, las dejaron caer a un barranco tratando de encubrir el crimen como un accidente. Con ellas murió además el chofer Rufino de la Cruz. El impacto no se hizo esperar: eran líderes, eran madres, eran mujeres con voz, que acentuaron la indignación con la violencia del régimen trujillista. Patria tenía 36 años cuando murió, mientras que Minerva 34 y María Teresa sólo 25.
El crimen conmovió a la nación, cansada de tres décadas de violencia. Al año siguiente, Trujillo fue asesinado.
Las Mirabal tenían otra hermana, Bélgica, apodada Dedé, quien desde el crimen continuó con el legado de su familia. Hoy se han transformado en íconos del feminismo y un símbolo de República Dominicana, donde además de la provincia que lleva su nombre tienen un museo y un homenaje en la vía pública.
Información: Mujeres Bacanas