El Espejo… Juana Margarita, rica y sabia

La Voz de

* Graciela Nieto Urroz

Entre la polvareda de la colonia Morelos, se agolpan los recuerdos nublando las lágrimas por la despedida del cuerpo de Juana Margarita Ramos. Y es que fueron 40
años de vivir en León, en el que crecieron sus 10 hijas e hijos y viò nacer a sus nietas y nietos.

Esta mujer indiamigrante, nació en Amealco, barrio quinto (este poblado está formado por 11 barrios) perteneciente a Santiago Mextititlàn, en el estado de Querétaro y vino a
León a buscar la vida junto a su esposo, quien se le adelantó en el viaje a la vida eterna casi 20 años antes que ella.

La conocimos al comprarle una muñeca y desde entonces –hace más de 15 años- nació una amistad sincera, como la claridad de sus ojos inundados de tristeza por sortear las
dificultades diarias para sobrevivir en una de las ciudades más agresivas y discriminatorias del país.

Alguna vez nos dijo: “Llevo más de veinte años viviendo en León y no me siento de aquí, hay gente buena pero también hay gente sin corazón, burlona, ofensiva con
nosotros y yo pobre india ignorante, ¿a quién le voy a importar?”.

Quienes practican formas de discriminación no tienen la sensibilidad de percibir el daño que provocan; incluso, hay quienes han llegado a decir que en León no existe población
indígena o los tratan igual que a personas indigentes.

Hace ocho años, perdió a una de sus pequeñas nietas, quien fue robada de la zona Centro, aunque siempre alimentó la esperanza de algún día recuperarla y no descansó
hasta encontrarla.

Uno de sus preciados tesoros además de su familia y la destreza para crear sus muñecas con un estilo muy particular, eran el traje tradicional de su pueblo (el de fiesta) con el
que se retrató, ofreciéndonos la foto en la que luce orgullosa y contenta de mostrar sus raíces. Otro de sus tesoros, fue la memoria de su esposo. Para ella, el dedicarnos la
canción que le cantaba cuando la enamoró, la ruborizó pero luego de insistirle, se animó a compartirnos un pedacito de su corazón en Otomí.

Y esa canción con el recuerdo del sentimiento de su esposo, dió la vuelta al mundo en una producción de UNIFEM (organismo de la ONU especializado para asuntos de
género) y la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC). 500 radiodifusoras la transmitieron con otros mensajes en decenas de lenguas y miles de
oyentes recibieron el preciado regalo en sus corazones; bueno, los corazones sensibles.

Este es el mejor homenaje que le ofrecemos a Juana Margarita, quien fue “una india sabia y rica”, por la grandeza de su vida, dedicada a hacer de sus hijas e hijos, personas
de bien; ni oportunistas, ni corruptas, ni serviles, ni tramposas, ni acaparadoras, ni prepotentes, ni inútiles: gente rica, pues. Su humilde casa y un terreno ubicados en la
colonia Morelos (despectivamente conocida como “El Guaje”) fueron vendidos para ofrecerle servicios médicos y costear los gastos del sepelio.

Sin embargo, la herencia más perdurable de Juana Margarita para sus hijas, fue la firme idea de continuar elaborando las muñecas con su especial estilo, mientras sobreviven de
la venta de dulces y semillas con dignidad.

Fue precisamente Juana Margarita quien nos sugirió el nombre de Ar Doni -(La Flor) para mi hija, luego de platicarle la historia de su llegada a este mundo. “Es una flor que brotó, nació de la tierra, Dios la mandó para alegrarles la vida”, nos dijo en su castellano entrecortado.

Esta guardiana sabia, se reunió por fin con su marido en un camino donde el perfume de la flor de Cempazúchil la guió y su color la iluminó, hacia la vida eterna. Hacia un lugar
en donde no existe la discriminación, la burla y la ignorancia para nuestr@s herman@s indi@s.

Para conmemorar el próximo 15 de octubre, “Día Mundial de la Mujer Rural”, les comparto esta historia, más allá de ciertos actos de un día con publicidad que no
apuntala procesos o difusión de estadísticas que hacen invisibles las vidas reales para elaborar planes de “integración al desarrollo”. Somos nosotros, los mestizos, quienes
deberíamos integrarnos a otros modelos de pensamiento para aceptar y respetar la diversidad de nuestro país.

* Licenciada en Ciencias de la Comunicación e Integrante de la Red Nacional de Periodistas con Enfoque de Género.

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