El año nuevo judío (año 5782) inicia el 6 de septiembre según el calendario hebreo y continúa con 10 días de reflexión y arrepentimiento. Culmina el 16 de septiembre en Yom Kipur o Día del Perdón.
Rosh Hashaná, el año nuevo judío, inició con la aparición de la primera estrella de la tarde del lunes 6 de septiembre. Serán 5782 años desde la creación del mundo, o como algunos sugieren, desde la creación del hombre.
Rosh Hashaná, que en hebreo significa ‘cabeza del año’, alude según la tradición judía al día de la creación del primer ser humano en la Tierra. Comienza justo cuando aparece en el firmamento la primera estrella y los festejos se extienden durante los dos primeros días del mes Tishrei, que este año caen el martes 7 y miércoles 8 de septiembre.
Se trata del aniversario de la creación de Adán y Eva, que fueron respectivamente el primer hombre y la primera mujer que existieron. Sus primeros actos hicieron efectivo el rol de la humanidad en el mundo de D’s. Es así que Rosh Hashaná enfatiza la especial relación de Di’s con la humanidad: el hecho de que dependemos de D’s por ser Él Aquel que nos creó y que nos sustenta. También, por el el hecho de que D’s depende de nosotros por ser nosotros los que hacemos que Su presencia se conozca y se sienta en Su mundo.
Cada año, en Rosh Hashaná, “todos los habitantes del mundo pasan ante D’s como un rebaño de ovejas” y se decreta en la corte celestial “quién vivirá y quién morirá… quién se empobrecerá y quién se enriquecerá; quién caerá y quién se levantará”. Pero este es también el día en que proclamamos a D’s Rey del Universo. Los kabalistas enseñan que la continuación de la existencia del universo depende de la renovación del deseo divino del mundo, cuando aceptamos el reinado de D’s cada año en Rosh Hashaná.
El Rosh Hashaná es una fiesta donde los creyentes se congregan a rezar, pedir por buenos deseos, agradecer y celebrar sus tradiciones con comidas típicas. A partir de esta celebración, la comunidad judía abre un período de reflexión y arrepentimiento sobre los pecados del año que culmina, que concluye el décimo día con la celebración de Iom Kipur o Día del Perdón, otra de las festividades más importantes para ese pueblo.
Los festejos comienzan al atardecer con el sonido del shofar, un antiguo instrumento de viento hecho a partir del cuerno de un carnero. «El sonido del shofar que escuchamos durante Rosh Hashaná nos invita -justamente- a despertar el corazón, a poner atención en ese sonido agudo y penetrante para oír lo que hay detrás, una voz que susurra. Escuchar de verdad requiere atención y concentración del espíritu», explica el rabino Marcelo Bater a Télam.
El rabino señaló que «los Iamim Noraim (los días hasta el Yom Kippur), son días de arrepentimiento y reflexión que nos invita a mirarnos en ese espejo interior y a replantearnos ¿dónde estamos parados? Una pregunta a la que cada uno tendrá su propia respuesta».Es día de comer manzanas y granadas, endulzarlas con miel para que el nuevo año sea lleno de dulzura.
Otro aspecto significativo del shofar es que también permite recordar la Atadura de Isaac, que tuvo lugar en Rosh Hashaná, cuando en lugar de Isaac, un carnero fue ofrendado como ofrenda a D’s. Por eso, evocamos la disposición de Abraham a sacrificar a su hijo y rogamos que el mérito de ese acto nos asista cuando rezamos por un año de vida, salud y prosperidad. En total, escuchamos cien sonidos del shofar en el transcurso de los servicios de Rosh Hashaná.
Otras observancias de Rosh Hashaná comprenden comer un pedazo de manzana con miel, para simbolizar nuestro anhelo de un año dulce, y otros alimentos especiales que simbolizan las bendiciones del nuevo año. También, bendecirse el uno al otro con las palabras “Leshaná tová tikatev vetejatem”, “Que seas inscripto y sellado para un buen año”. Finalmente, Tashlij, una plegaria especial que se dice cerca de un cuerpo de agua (un océano, un río, una laguna) evocando el versículo que dice “Y Tú arrojarás sus pecados a las profundidades del mar”. Y tal como ocurre con cada una de las principales festividades judías, después de encender las velas y de rezar, recitamos kidush y hacemos una bendición ante de comer la jalá.
¡Shana Tova a todos!
Con información de Clase.