Nuestra señora de la noche: un rosario de vírgenes, madres y mártires.

* Por Carmín Cueva

En su novela Nuestra de señora de la noche, la autora puertorriqueña Mayra Santos-Febres evoca la vida de la señora Isabel Luberza Oppenheimer. Ilustre y famosa dama quien fuese dueña del prostíbulo más famoso de su época en Puerto Rico. La señora Isabel Luberza creó un imperio de los placeres de la noche sobre unos terrenos que le fueron otorgados por el padre de su único hijo a cambio de su silencio. La novela desentraña la razón por la cual dichos terrenos se convierten en la manzana de la discordia en un mundo donde los prejuicios de raza, credo y condición económica están a flor de piel.

Sus protagonistas se encuentran en una constante lucha por tomar las riendas de su propio destino y romper con los estigmas enquistados por una burguesía en extinción. Mayra Santos-Febres crea personajes que en la lucha de tratar de sobrellevar el peso de su condición, son apresados en la maraña de sus propias culpas. La novela posee una estructura artística. Motivo por el cual, los capítulos se encuentran organizados de acuerdo al proceso de redención de cada personaje. La historia es narrada con un ritmo religioso, como una plegaria, como la retahíla de un rosario en donde sus personajes, tratan de obtener la explicación a sus sufrimientos al mismo tiempo que la indulgencia de los que han lastimados
con sus actos.


De entrada el lector se ve inmerso en una atmósfera de devoción religiosa enteramente femenina. Existen capítulos narrados a manera de oraciones en primera persona por personajes que sufren su condición de madres y mártires. Dichas prerrogativas son propias, en un contexto religioso, de la Virgen María. De esta suerte y enmarcando este ambiente fervoroso, la división de la novela se encuentra al igual que el Santo Rosario en cinco partes principales. Estos capítulos se encuentran su vez subdivididos de acuerdo con la voz narrativa de la historia del personaje que se relata.

Siguiendo con las analogías religiosas es importante mencionar que la visitación bíblica más célebre, es aquella que le hace la Virgen María ya embarazada de Jesús a su prima Isabel. Isabel se encontraba a su vez también embarazada a pesar de su avanzada edad y la de su marido. Según el evangelio de San Lucas, ambas mujeres disfrutan tanto la compañía de la una con la otra, que el vientre de Isabel salta de gozo. Pero en contraste con la historia religiosa, tanto Cristina Rangel como Isabel Luberza no están contentas de saberse embarazadas por el mismo “señor”.

Cristina Rangel varias veces se compara con la Virgen María al expresar: “pálida como tú e Inmaculada, reina como tú entre las mujeres, oveja mansa para ser recompensada por la mirada única del Amado” (Cristina, 115). De esta manera, los capítulos que conforman en sí el cuerpo central de novela, titulados como Visitación Primera, Segunda y Tercera, están organizados de acuerdo a la serie de incidentes que conllevan al embarazo de ambas mujeres. El carácter de los personajes es evolutivo y omitiendo el orden cronológico Mayra
Santos-Febres descubre sus personalidades gradualmente.


Sin duda la más compleja correlación es la devoción profesada por el personaje de María Candelaria Fresnet a la Virgen Santa de la Monserrat. Este es el personaje que rompe con el aura religiosa que la envuelve a la novela. Su interacción con la Virgen es abierta y sin reservas considerándola su igual, razón por la cual y en honor a esta relación la gente la llama Doña Montse. Doña Montse es el personaje más original de la obra y es el que permite distinguir al lector que el propósito de la autora no es el hacer una novela llena de pudor religioso. Por el contrario, es sólo el marco que le permite hacer una crítica a la doble moralidad religiosa y los falsos prejuicios de la época. María Candelaria se considera no sólo madre y mártir sino también Virgen a pesar de su pasado. Aun más subversivo es la idea de considerarse al mismo nivel moral que la Virgen. Sus rezos rayan en lo sacrílego, su devoción es abierta y sin ningún tapujo. Ella dirige sus rezos a manera de pláticas, hablando “de tú a tú” con la Virgen sin ningún respeto o pudor ignorando la supuesta jerarquía que existe entre ellas. Sin embargo la relación es íntima y amistosa. Tal parece que la Virgen realmente comprende el sufrimiento de Doña Montse y accede a sus plegarias.


Queda como pregunta final el motivo por el cual la autora decide comparar a las madres de esta novela con la Virgen María y organizar un rosario con sus vidas considerando a estas mujeres vírgenes, madres y mártires. En la entrevista titulada Literatura para curar el asma realizada por Marcia Morgado, la autora Mayra Santos-Febres señala que algunos de los poemas del poeta mexicano Jaime Sabines han sido importantes para su trabajo. Cabe señalar que el poeta ha sido notorio por definir a las mujeres de la vida galante como “vírgenes perpetuas, reconstruidas, mártires, provisorias, llenas de gracia, manantiales de generosidad” (Sabines, 205). Esta definición complace los perfiles de los personajes de Isabel y Doña Montse.

La condición de meretriz es otorgada a Cristina Rangel en el cuerpo de la novela cuando Leonor compara a las señoras respetables con las que poseen el título de manera profesional: “Cliente fijo, Isabel, lo que tienen es cliente fijo y cautivo. Se llama marido…Voy a ver si me consigo uno de ésos para no tener que trabajar tanto” (Leonor, 256).


En este sentido la autora da al lector la opción de juzgar abiertamente la calidad moral de los personajes y ponderar sus acciones. ¿Quién es más inmoral? Aquellos miembros del clérigo que aceptaron por años el dinero de la dueña de un burdel a cambio de la promesa de velarla y enterrarla de acuerdo con la tradición católica; promesa que incumplen sin ningún remordimiento. Doña Montse que le habla a Virgen sin ningún recato, pero que entrega su vida al cuidado del hijo de otra mujer. O bien, Cristina, que presa de su alcoholismo sobreprotege y asfixia a su propio hijo.

La brillante pluma de Mayra Santos- Febres deja que el destino juegue con ellos desnudándolos, revistiéndolos y poco a poco redimiéndolos con nuevas capas de piel.

Nuestra Señora de Guadalupe. Patrona de las Américas. El santo rosario. 21 Jun. 2007.
<http://www.sancta.org/rosary/how_s.html>
Morgado, Marcia. Entrevista con Mayra Santos-Febres. Literatura para curar el asma. 11 Jun. 2007.
< http://www.barcelonareview.com/17/s_ent_msf.htm>
Sabines, Jaime. Canonicemos a las putas. Recuento de poemas. 1997. México: Joaquín Mortiz: 1999. 205-06
Santos-Febres, Mayra. Nuestra señora de la noche. Madrid: Espasa Calpe. 2006.

* Licenciada en Derecho y en Literatura Española

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