Perdido enmedio de la cañada, justo atrás de la zona arqueológica de Cañada de la Virgen se encuentra el Rancho Xotolar, un lugar muy especial que desde hace cerca de 20 años recibe grupos de turistas, quienes conocen la forma de vida de los habitantes de la comunidad y disfrutan de un paseo a caballo por parajes increíbles.
Tomás y Félix Morin Ruiz dan la bienvenida a los viajeros, tras los protocolos sanitarios y el llenado de información, son invitados a usar un sombrero para protegerse de los rayos del sol, enseguida aparece su hermana María llevando un jarro de café de olla calientito y pan dulce, mientras lo comemos, caminamos hacia el corral dónde ya están las vacas en espera de la ordeña.
No es cosa fácil, sin embargo, la curiosidad de intentarlo nos gana. Esa leche tibia y espumosa se traslada al cuarto frío dónde le es incorporado el cuajo y se espera el tiempo necesario.En el cuarto frío, al centro cuelga el zarzo, especie de cuna hecha de carrizo, dónde el queso recién hecho dormirá el sueño en espera de su maduración, pero antes, ahí se vivirá el proceso de transformación de la leche cuajada en ese delicioso alimento.
Conocemos la cocina de la casa y el momento más emocionante nos espera afuera: un grupo de jinetes y caballos esperan a los visitantes. Félix se encarga de seleccionar el caballo adecuado de acuerdo a la fisonomía del jinete. Tomás nos explica lo suficiente para evitar un percance: cómo sentarse y colocar las piernas, como sujetar la rienda, como mantener el cuerpo. Una vez entendido esto: ¡Arriba! Nos espera la adrenalina y el recorrer parajes llenos de belleza, en un recorrido de 10 kilómetros por parajes de increíble belleza, que si la cañada, que el cruce de arroyos pluviales, que si entre los huizaches, que el caracol, en subidas y bajadas impresionantes.
Si la persona decide no cabalgar, no hay problema: María la invitará a elaborar el queso de manera artesanal, ¡ Va a conocer todos los secretos! También se trasladará a la palapa dónde se servirá la comida y ahí, se pican vegetales cultivados ahí mismo, se cocina arroz, se molcajetea salsa, se tortean gorditas de maíz negro y tortillas de maíz rojo, se hace un caldillo de jitomate al tiempo que se preparan unos deliciosos chiles secos rellenos del queso elaborado en casa.
Junto con María, Esme y Brenda hacen equipo y para mitigar la sed, nada como un agua de pepino. Concluida la comida, hay fotos del recuerdo, compramos quesos y prometemos volver un día más para disfrutar de este pedacito de Guanajuato y disfrutar de su grandeza.
Para mayores informes de viaje, puede ingresar a Operadora Turística Rancho Xolotar y reservar su visita. ¡No se arrepentirá!