Un postre que va íntimamente ligado a la Vigila es la Capirotada y aunque actualmente conocemos dos versiones, la de piloncillo es la más tradicional y la cual viene desde Europa pero en México adquiere características propias.
Conozcamos el simbolismo religioso de este dulce tan esperado: La capirotada nunca ha perdido su esencia eminentemente religiosa. Sólo recordemos en qué época de nuestro país llegó: durante la Conquista se realizó en nuestro territorio una suerte de Cruzada eclesiástica para convertir a nuestros indígenas al cristianismo. Es por eso que sus ingredientes cuentan por sí mismos una historia.
El pan viejo con el que se hace alusión al cuerpo de Cristo, un poco desmejorado. A su vez, la miel de piloncillo asemeja su sangre. La canela es un símil de la madera de la cruz donde se le crucificó y, los clavos, de las herramientas del mismo nombre con que se le aseguró a la cruz.
Hay quienes aseguran que el queso, a su vez, hace recordar la manta blanca con la que se le cubrió en su sepultura.
A pesar de la riqueza cultural tras esta receta, es una realidad que cada vez se le cocina menos. La tradición se pierde poco a poco. Así que si la ves anunciada en alguna fonda, restaurante o tienda de alimentos, cómprala; o si tú mismo puedes replicarla en casa, hazlo. Estarías ayudando a preservar una tradición que vale mucho la pena.
Ingredientes para la capirotada de piloncillo
4 piezas de Bolillo duro y rebanado
1 taza de aceite para freír o en caso de desearlo con poca grasa, untar el pan con un poco de aceite o rociar con PAM y hornead a que esté doradito
Miel:
500 grs. de piloncillo
| lt. de agua
2 ramas de canela
4 clavos de olor
opcional: 3 o 4 guayabas o 1 cáscara de naranja (sólo la parte de color)
Poner a hervir el agua con el piloncillo, la canela, los clavos de olor y si desea, usar la guayaba o naranja. Dejar hasta que espese.
Decoración:
Nueces
pasas
cacahuates naturales
queso Cotija rallado o en rebanadas
grajeas de colores
Montado:
En un molde para horno o cazuela, se pone el pan en capas, se baña con la miel, se cubre con el queso y frutos secos, se repite la operación hasta terminar con el queso y las frutas secas al final, se cubre y hornea por 20 minutos o bien, se pone a fuego bajo sobre la estufa. Hay quienes ponen tortillas en el fondo de la cazuela para evitar que se «pegue» el budín al traste, Al final se decora con las grajeas de colores.