Ante cualquier programa que se presente por parte del Gobierno Federal, para contener la inflación –que en la segunda mitad de abril llegó a 7.5%– debemos darle el beneficio de la
duda, y desear que funcione para bien de todos. Sin embargo, especialistas que vienen analizando el tema, afirman que un control de precios por decreto ha dado muy malos resultados en el pasado.
Lo anterior fue expresado por Elizabeth Vargas Martín del Campo, presidenta de la CANACO SERVyTUR de León en relación a la presentación del plan antiinflacionario del gobierno federal.
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En el plan presentado se señala que 24 productos de la Canasta Básica tendrán precios tope, reduciendo los márgenes de ganancia de los productos al consumidor final de entre 5% y 20% durante los próximos 6 meses. Tenemos serias dudas en el sentido de tratar a todas las empresas por igual, tanto a grandes como medianas y pequeñas.
Expresamente las Pymes se encuentran en condiciones muy precarias y tratando de sobrevivir, después de 2 años de condiciones muy desfavorables por la pandemia.
Cuando las empresas se ven obligadas a vender un producto a un precio fijo, y no pueden controlar costos de sus insumos, van a afectar sus niveles de utilidad, ya de por sí muy
mermados.
Establecer topes que no puedan soportar, sería condenarlas al cierre, con la afectación nuevamente en términos de economía y empleos, así como desabasto que lleven al mercado
negro y finalmente a anaqueles vacíos, como ocurre en países como Venezuela, Cuba, Bolivia y Argentina.
Nuestro Presidente de la Concanaco Servytur México, Héctor Tejada Shaar, ha declarado que un control de precios no es una medida conveniente, pero, fieles a las leyes del mercado, y adelantándose a la situación, la Confederación ha llamado a sus agremiados a no subir los precios de los productos de manera injustificada.
Vemos con buenos ojos que haya anunciado medidas de contención como la reducción de costos aduanales, aranceles cero a productos básicos e insumos, no incremento de peajes en carreteras, estabilización a precios de gasolinas y diesel, entre otros.
Esperamos que esto no se vaya a convertir en una caza de brujas por parte de Profeco y que se comience a presionar a las empresas y los comercios, sobre todo los medianos y pequeños, pues esto desembocaría en malos resultados.
Igualmente esperamos que estas medidas vayan revisando su efectividad, y que haya correcciones oportunas, para detectar distorsiones en el mercado que afecten las cadenas de
suministro y abasto al público.