El Día del Niño y la Niña surgió como una iniciativa internacional de la Asamblea General de la ONU el 20 de noviembre de 1959, durante la cual se reafirmaron los derechos universales de las y los niños mediante la aprobación de la “Declaración de los Derechos del Niño”. En México en el año de 1924, el presidente de la República Álvaro Obregón y el Ministro de Educación Pública José Vasconcelos, acordaron la celebración oficial el 30 de abril.
La Maestra Sylvana Zamudio, docente en la Licenciatura en Psicología de la Universidad De La Salle Bajío, Campus Salamanca, afirmó que los padres de familia, quienes son los principales protectores, deben trabajar y participar en una crianza que beneficie a los menores; explicó que existen diferentes estilos de crianza, en cada uno de ellos, se adoptan distintas posturas y esto influye en la forma como reaccionan las y los hijos, siendo esto el resultado de la forma de crianza. Los estilos son: autoritario, permisivo y autoritativo.
La experta comentó que, el estilo de crianza autoritativo es aquel que permite que la o el hijo se auto-regule, pero también, le va explicando cuáles son las implicaciones de sus conductas y las consecuencias que puede obtener. El tutor o tutora explica al infante las situaciones y éste toma las decisiones de una manera pensada, “no es lo mismo que cuando le dices no toques eso, el niño pregunta por qué y simplemente se le responde porque yo quiero”, compartió la docente Lasallista.
Por otra parte, dijo que los adultos son responsables de enseñar desde la infancia cómo conducirse, las reglas en casa y de conducta social; “existe una nueva tendencia de permitirles que actúen por iniciativa propia, pero si no les son explicadas las reglas y consecuencias, el menor va a tomar decisiones que no están informadas por lo tanto cuando el menor cometa un error no podrá reflexionar por qué estuvo mal”, manifestó la Maestra Sylvana.
Añadió que la crianza autoritativa ha probado ser la más indicada para que se pueda tener una niñez saludable y feliz, al mismo tiempo que se les está guiando se les da la oportunidad de reflexionar sobre sus acciones. Esta forma de crianza se ve reflejada en la escuela, en la sociedad, con sus amigos e incluso como adultos en el trabajo porque ha comprendido las consecuencias de las acciones.
Asimismo, explicó que el desarrollo socioemocional es importante, la y el niño deben identificar sus emociones, reconocerlas, saber qué es lo que está sucediendo con la emoción y cómo reaccionar ante las otras personas; “cuando los papás son autoritativos permiten que los niños se expresen, esto es muy benéfico para el ámbito familiar y social”.
Compartió, además: “el estilo de padre autoritario, por el contrario, es aquel que dice aquí se hacen las cosas porqué yo digo, porque soy el papá”. Esto puede marcar la conducta del infante en dos vertientes, la primera es imitar el comportamiento del padre o la madre y no aceptar razones por las que no tenga que hacer ciertas cosas. La segunda, volverse una persona sumisa y que siempre esté esperando que le digan que hacer, sea incapaz de tomar decisiones.”
Una niñez saludable y feliz es aquella donde se le permite al niño y niña ser felices con lo que quiere hacer, pero también guiándolo; “si nosotros permitimos que el menor se desarrolle libremente con todas las posibilidades de hacer lo que le gusta, pero siempre marcándole las cosas que son correctas e incorrectas. Si dejas que exprese lo que siente y lo que piensa, va a confiar en ti.”, finalizó.
El propósito de conmemorar esta fecha es el de sensibilizar a la sociedad en general y sus instancias gubernamentales sobre la procuración de la protección de la infancia, evaluando las condiciones en las que las niñas y niños crecen, que sus derechos sean garantizados, vivan sin violencia y pasen por una infancia feliz y
saludable.