“Cómo sobrevivir a una sociedad líquida”, fue el título de la charla impartida por el Mtro. David Herrerías, a poco más de 40 estudiantes de diferentes programas académicos de la Universidad De La Salle Bajío, a fin de reflexionar sobre el contexto que los rodea. El Mtro. David cuenta con estudios del Desarrollo de la Educación profundizando en temas de Sociología y Espiritualidad. Este encuentro en la virtualidad, a través de la plataforma de Microsoft Teams, fue organizado por el Departamento de Solidaridad Universitaria.
Comenzó con las reflexiones que en su momento hizo el sociólogo Zygmunt Bauman quien acuñó el término de modernidad líquida a los tiempos actuales, basándose en los conceptos de fluidez, cambio, flexibilidad, adaptación, entre otros. “Durante muchos siglos diversas instituciones y estructuras sociales se mantuvieron intactas e incuestionables y los valores más relevantes se asociaban a la estabilidad, la comunidad y la tradición; pero estos valores o guías se han disuelto, dando lugar a la Modernidad Líquida”, comentó el experto.
El ponente explicó que las personas en la actualidad provienen de lo que se puede nombrar una sociedad sólida, en donde se creía que se podía construir sociedades casi perfectas (socialismo) o de libre mercado (liberalismo); por lo que existen ideologías “duras” y grandes utopías, Estados o naciones que son fuertes y rígidas; “existen sociedades que deben mantenerse fuertes como el Estado, la familia o las naciones”, añadió.
También, compartió que las mismas creencias religiosas son duras, “se cree” o “no se cree”. El experto comparó esta situación de sociedad sólida al ambiente laboral en donde la Revolución Industrial promete el fin del hambre y el desarrollo perpetuo; “las personas pensaban en empleos para toda la vida, una especie de pacto con las empresas, que estaban ligadas al territorio y a la gente que los habitaba”.
Asimismo, el Mtro. David abordó el tema desde un enfoque de pareja, en donde manifestó que las relaciones sólidas se piensan para toda la vida, sin importar si son tóxicas o no, se debe seguir juntos; “se pone mucho énfasis en la comunidad, el individuo debe supeditarse a la tradición, las normas y reglas de la comunidad”, comentó.
Además, expresó las ideas que se tienen en una sociedad líquida, las cuales son: todo fluye, lo único permanente es el cambio; los valores y principios se vuelven líquidos y relativos. Todo se vale de acuerdo a un cierto pragmatismo individualista; los compromisos con la comunidad son laxos; Estados débiles, no hay claridad en la economía.
Finalmente, el experto manifestó algunos aspectos positivos de dicha sociedad para invitar a los ahí presentes a reflexionar: posibilidades de que las personas sean ellas mismas y no con patrones establecidos; construcción de comunidades diversas; disolución de fronteras como oportunidad contra el nacionalismo, aburrimiento y limitación vocacional.