En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, la Dra. Dorismilda Flores Márquez, Profesora Investigadora de Tiempo Completo de la Facultad de Comunicación y Mercadotecnia de la Universidad De La Salle Bajío, habló sobre el activismo feminista entre las redes sociales y las calles.
En primer lugar explicó que el activismo feminista es y seguirá siendo necesario mientras las desigualdades de género persistan; “Hace más de 100 años que se conmemora el Día de la Mujer, para denunciar las asimetrías en las condiciones laborales y buscar el derecho a participar en las elecciones, que estaba reservado a los hombres. Entre las huelgas obreras de principios del siglo XX y el activismo feminista de nuestros tiempos hay mucho trecho. Hoy la parte más visible son las marchas y el activismo digital, pero buena parte se juega también en el acompañamiento de y entre mujeres”, manifestó la docente Lasallista.
Asimismo comentó que el activismo se entiende como una búsqueda de cambio social, de ver que otros modos de entender el mundo son posibles, explicó que los movimientos no surgen en el vacío, sino como reacción ante las desigualdades e injusticias económicas, políticas, en derechos humanos y más; entre quienes llegan a ser activistas, hay víctimas y también hay testigos de las injusticias que sufre alguien más. Eso les motiva a luchar por un mundo mejor. Añadió que, si bien la cara visible del activismo son las protestas, suele haber mucho trabajo que realizan las y los activistas de manera permanente en su búsqueda de transformación.
La Doctora Dorismilda manifestó: “el activismo feminista apuesta por hacer visible la opresión que hay hacia las mujeres, que se traduce en desigualdades y violencias contra nosotras. Vale la pena considerar que no hay una única manera de ser feminista y entender el feminismo, sino varias. Entre feministas abolicionistas, feministas liberales, afrofeministas y otras, hay puntos de confluencia, pero también hay distintas apuestas y eso es maravilloso”.
También compartió que hay una frase de Ángela Davis, filósofa afrofeminista estadounidense, que dice que el feminismo es “la idea radical que sostiene que las mujeres somos personas”.
En este sentido, dijo: “necesitamos derechos que no nos han sido regalados, sino que ha costado mucho ir alcanzando. Es importante reconocer que, si bien hay mujeres que no han enfrentado tantos obstáculos —gracias a su red familiar, sus condiciones económicas y políticas, su acceso a la educación e, incluso, su personalidad—, la mayoría no tienen el piso parejo. Si usted, como yo, tuvo un ambiente familiar armónico, tuvo acceso a la educación universitaria, tiene un empleo estable y ha estado en posiciones de liderazgo, es parte de la minoría, pero las condiciones no son así para todas. Aquí es donde la sororidad, esta solidaridad entre mujeres, se vuelve tan relevante”.
La Profesora Investigadora expresó que un momento clave en el activismo feminista de los años recientes en México se dio en marzo de 2020; el 8 de marzo, #8M, millones de mujeres salieron a marchar por sus derechos, esta no fue la primera marcha y tampoco será la última, pero fue muy significativa, porque fue un día de alzar la voz, seguido por un día de silencio. El paro nacional UnDíaSinNosotras, al que convocó la colectiva feminista veracruzana Las Brujas del Mar, se dio el 9 de marzo, #9M. Este consistió en desaparecer de las calles, las escuelas y lugares de trabajo, e incluso de las redes sociodigitales.
“No era un día de descanso, era un día para preguntarse: ¿Qué pasaría si la siguiente desaparecida fuera yo? ¿Qué pasaría si nos desaparecieran a todas? Esta acción simbólica buscó hacer visible el impacto de las ausencias, cuando las cifras de feminicidios y desapariciones eran ya de escándalo en el país. El caso dejó ver la relación entre el activismo en las redes y en las calles, con una convocatoria que circuló en línea y se tradujo en acciones en los lugares, a partir de ellas se siguió generando información en internet y en los medios de comunicación”, comentó la experta.
Otro caso paradigmático que abordó la Doctora Dorismilda fue el de la colectiva feminista chilena Las Tesis, en noviembre de 2019. Ellas hicieron una performance en Valparaíso el 20 y en Santiago el 25, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. El cántico de “y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía, el violador eres tú” trascendió las fronteras, se viralizó y replicó en países como México, Colombia, Perú, Brasil, España, Francia, Alemania, Reino Unido, India e, incluso, Turquía, donde la hicieron las legisladoras, a nombre de las mujeres que eran reprimidas en la calle. Estos casos también permiten ver el vínculo entre la red y la calle.
“Como dije antes, las manifestaciones son la cara más visible del activismo feminista, pero recordemos que este es mucho más profundo, permanente, a veces incomprendido y doloroso. Sirva esto como reconocimiento a las feministas que luchan todos los días por un mundo mejor.
Los derechos que las mujeres tenemos en el presente son fruto de la lucha de varias generaciones y aquellos derechos que logremos ganar en estos tiempos serán la herencia que dejemos a las mujeres del mañana”, finalizó.