Antonieta Rivas Mercado, una activista, mecenas, ícono cultural del México del Siglo XX

Una mujer adelantada a su época, con compromisos personales muy sólidos a lo que ella creía, así fue Antonieta Rivas Mercado, nacida en la capital del país el 28 de abril de 1900 y quien murió en París el 11 de febrero de 1931.

A propósito de esta fecha, la escritora Tayde Acosta Gamas, quien ha hecho una importante investigación acerca de esta mujer que en su momento fue activista, mecenas, actriz, escritora, promotora cultural entre otras, escribió lo siguiente:

Hace 91 años una mujer de 30 años, casi una jovencita para nuestra época, caminaba desesperada por las calles de París, hasta que entró en la Catedral de Notre Dame y se hincó frente al Cristo crucificado, comenzó a rezar y unos minutos después sacó una pistola de su bolsa y se dio un balazo en el pecho, cayó desangrándose, la llevaron al hospital que quedaba justo a unos pasos de la catedral, en donde murió más tarde…

Qué pena no haber estado cerca de ella, no haberla abrazado, no haberle tomado la mano, decirle que ese no era el camino, que su corta vida significaría tanto para muchísima gente, que lo que ella pensaba que no merecía la pena, ya había modificado todo el panorama cultural de un país, qué pena no haberle dicho que era mentira, que no estaba en la ruina, que su hermano le dijo esa estupidez tan sólo para que regresara a México, que sí iba a tener medios para pelear a su hijo y mantenerlo, que si así hizo tanto por México, imaginara todo lo que hubiera conseguido para nuestro país, qué pena que en su bolsa no había dinero, después de todo el dinero que gastó en pro del arte y de la cultura, qué pena que sólo traía la foto de su hijo Antonio y la carta de despedida, de suicidio, para su amigo Arturo Pani, pues no tuvo ni siquiera dinero para enviársela, qué pena que Antonieta Rivas Mercado haya estado tan desesperada y haya decidido renunciar a su vida, qué pena que su hermano haya sido tan cruel para engañarla así y enloquecerla, no fue Vasconcelos, no fue Rodríguez Lozano, fueron su esposo Albert Blair y su hermano Mario Rivas Mercado los culpables de su muerte, quienes la acorralaron, qué pena que ellos que no sirvieron para nada hayan seguido vivos y qué pena que Antonieta que a sus 30 años había hecho tanto por México y por tantos personajes, haya muerto…

Hoy se cumplen 91 años de la muerte de Antonieta Rivas Mercado, no debía de ser, no tenía que ser, qué pena que la asesinaron por odio, por conveniencia, por miserables…

Esta imagen se tomó afuera de Notre Dame, es la última fotografía de Antonieta Rivas Mercado, se tomó quizá uno, dos o tres días antes de que regresara a ese mismo sitio a matarse, pues ella solo estuvo 4 días en París y al cuarto se mató, noten su aspecto de desesperación, Antonieta ya no está en la foto, junto a ella Vasconcelos y Carlos Deambrosis, editor de Vasconcelos en París, y su esposa e hija, todos felices porque están de paseo en la ciudad de las luces, Antonieta desesperada porque su hermano le dijo que estaba en la ruina, ya no le envían su dinero de México, no tiene para comer, está muy delgada, enferma, con depresión, tiene que vivir de arrimada con su hijo en la casa de una amiga que la estima mucho en Burdeos y donde la tienen viviendo gratis y regalándole la comida a su hijo, esa es la realidad, está tan desesperada, no sabe cómo resolver sus problemas, se suicida porque se siente arruinada, no sabe cómo sin dinero podrá pelear legalmente a su hijo, no sabe cómo podrá mantenerlo, no se mató por amor o por loca, se mató por amor a su hijo, para que el niño fuera a vivir con su padre, el infeliz de Albert Blair, que tenía tanto dinero y podría darle al niño todo a lo que estaba acostumbrado, pero era mentira, Antonieta no estaba arruinada, fue una mentira que le dijo su hermano, y le dejó de enviar dinero, todo para que regresara a México, eso la enloqueció e hizo que decidiera matarse, qué pena que Mario haya sido tan estúpido, no era la primera vez que lo era, ya Antonieta en sus cartas lo había mostrado como estúpido para más cosas, para los negocios, para su vida diaria, qué pena su estupidez, y que se dejó manejar por Albert Blair, ambos son los únicos culpables de la muerte de Antonieta, espero que la vida se los haya cobrado, Antonieta no tenía que haber muerto, era una casi jovencita enferma, desesperada, con muchísima depresión y la enloquecieron…

Hoy celebremos su vida, no su muerte, su vida que sin duda, mejoró la vida de tantas personas y de México!!!

Tayde Acosta Gamas. 11 de febrero.

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