Siempre, el cuarto jueves del mes de noviembre, en Estados Unidos la gente lo celebra jubilosa, algunos hacen viajes largos para reunirse en este día con familiares y amigos, fundirse en un cálido abrazo y agradecer por la dicha de volver a encontrarse, este año será seguramente muy significativo, después de casi 2 años de encierro, por una pandemia que vino a paralizar a la humanidad y que en algún grado, ha dañado las relaciones interpersonales con los seres queridos.
El Día de Acción de Gracias fue celebrado por primera vez en 1621 por los pobladores de la Colonia de Plymouth. Estos colonizadores, que más tarde fueron llamados Peregrinos, salieron de Inglaterra porque deseaban separarse de la Iglesia establecida y adorar a Dios a su propia manera. Después de salir de Inglaterra, los Peregrinos se establecieron en Holanda en 1608.
Finalmente en 1620 se embarcaron en el Mayflower? buscando libertad de culto en el Nuevo Mundo. Con todo y que su destino original era la Colonia de Jamestown, Virginia, una tormenta los sacó de su ruta y en noviembre de 1620 llegaron al norte de Plymouth, Massachusetts. El primer invierno fue de grandes penurias para los colonizadores, ya que más de la mitad de la colonia murió de hambre y por enfermedades. Sin embargo, aquellos que sobrevivieron continuaron luchando y en la primavera sembraron su primera cosecha de maíz.
Squanto, un indio guerrero, se hizo amigo de ellos, y enseñó a los colonizadores cómo sembrar y cultivar el maíz, y los ayudó a establecer buenas relaciones con las tribus indias vecinas. En el otoño de 1621, después de una buena cosecha, el gobernador Bradford ideó «un día de dar gracias al Señor para que podamos de una manera más especial regocijarnos después de haber recogido el fruto de nuestro trabajo«.
En un gesto de amistad, los Peregrinos invitaron a los indios vecinos para juntos celebrar una fiesta, en la que compartieron pavos y gansos, maíz, langostas, almejas, calabacitas, calabazas y frutas secas.
Debido a una pobre cosecha y problemas con los indios, no fue posible celebrar el Día de Acción de Gracias el siguiente año. Sin embargo, en 1623 el gobernador Bradford proclamó julio 30 como el Día de Acción de Gracias para celebrar el final de un largo periodo de sequía. Después de ese año,la celebración del Día de Acción de Gracias fue irregulary generalmente con una base regional.
Sin embargo, en 1789, poco después de que las trece colonias se habían unido, el presidente George Washington presentó un Acuerdo al Congreso para celebrar un Día Nacional de «dar gracias y oración pública». Se aprobó la resolución y en noviembre 26 de 1789 se celebró el primer Día Nacional de Acción de Gracias. En la proclamación correspondiente George Washington instó a los americanos a dar gracias a Dios por su protección, por la victoria en la lucha, por la libertad y por la paz y prosperidad en el nuevo país.
Durante los siguientes años aún no había una celebración nacional anual de esta festividad. Sin embargo, en 1846, la Sra. Sarah Hale, editora del Godey’s Lady Book, una revista para mujeres, lanzó una campaña para hacer del Día de Acción de Gracias una fiesta nacional. Después de 9 años logró su meta y el Día de Acción de Gracias fue señalado una fiesta nacional, justo antes de empezar la Guerra Civil.
El día 3 de octubre de 1863, el presidente Abraham Lincoln, expidió la primera proclamación del Día de Acción de Gracias. Desde el tiempo de Lincoln, anualmente el presidente ha proclamado el cuarto jueves de noviembre como el Día de Acción de Gracias.
El patrón general de esta celebración también se ha conservado igual desde el siglo XIX. Actualmente, el Día de Acción de Gracias, sigue siendo un día de fiesta durante el cual las familias estadounidenses se reúnen para compartir los frutos de una abundante cosecha y para dar gracias a Dios por sus bendiciones en sus tierras.
Con información de National Geographic