Siempre se le ve ir y venir por el barrio de sus amores, al que conoce de toda la vida, así como a sus personajes tradicionales, Luz María Rivera, mejor conocida como Maestra Lucha nos abre las puertas de sus memorias.
San Juan de Dios es uno de los barrios antiguos de la ciudad y el oficio que desarrollaron sus primeros habitantes fue la reboceria, la elaboración minuciosa de esta prenda, terminaba con el trabajo minucioso de sus flecos, los cuales se tejian o «apiñaban» como se le llamaba a esta actividad y era realizado preferentemente por las manos meticulosas de las mujeres.
«En la Lotería de San Juan de Dios en la que adultos mayores pudimos participar primero en un taller de narrativa expresando nuestros recuerdos, yo hablé de Jacinta «la hilandera» y es que este personaje si existió y sirvió en la casa de mi abuela. Por el día, era una trabajadora sirvienta que tenía la casa pulcra y ordenada, pero por las tardes, se iba a su casa, en una vecindad que estaba enfrente de la casa de mi abuela y ahí, sacaba una rueca dónde hilaba la artisela con la que se hacían los flecos de los rebozos y ella los iba hilando. A mí se me hacía como de magia».
«Este tipo de actividades, nos permitió a quienes ya tenemos algunos años, rescatar de nuestra memoria recuerdos y anécdotas. Yo me considero tener memoria histórica, sin embargo, aún cuando habemos quienes somos muy puntillosos con los datos, a veces se nos va un detalle y este trabajo que hicimos con el colectivo, nos permitió volver a recordar nuestras vivencias».
San Juan de Dios está hecho de sabores
Uno de los principales atractivos del lugar, además de su aire de provincia, es la vasta oferta gastronómica, ¿las principales? Las nieves y las guacamayas y a ello se han ido uniendo una serie de sabores por los que ahora es indispensable visitar de cuando en cuando este pedacito de León: la birria, el pan, las enchiladas, los antojitos y sin contar con sus restaurancitos que ofrecen pizzas, cafeterías, lugares de reunión donde pasar un buen lugar con amigos y familia.
Historia y tradición a la sombra de la fe
Un barrio que orgulloso está cumpliendo 400 años, cuenta con una iglesia de construcción sobria pero que invita a conocerla «Yo invito a que nos visiten y conozcan nuestra iglesia, conozcan las tallas, las pinturas que están en la iglesia, nuestras fiestas patronales. Hace años estas fiestas eran muy importantes, se daba serenata al santo con una banda que venía a tocar, y se ponían juegos en toda la calle Rosas Moreno, había tiro al blanco y toda clase de antojitos y era un verdadero disfrute para chicos y grandes.
En los años recientes, se organizó también la Procesión a la Dolorosa, al frente del cual, estuvo el señor Javier González, pero por la pandemia, van dos años que no se ha podido realizar».
Nos platica sobre la llegada de los Juaninos, ellos llegaron después de los franciscanos y jesuitas pues su misión era atender a los enfermos, y nos habla de dos santos en el altar de San Juan de Dios, uno a cada extremo: son San Damián y San Cosme, en sus atributos, ambos tienen la palma del martirio y un purificador, lo cual simboliza que eran enfermeros. También en un extremo está la imagen del arcángel San Rafael, que es el arcángel de la salud «Medicina de Dios» es su significado.
Luego nos platica sobre todas las vivencias que tuvo al lado de otros integrantes del Comité pro mejoras de San Juan de Dios, viajes a la Ciudad de México para buscar recursos de Foremoba para restaurar el interior de la iglesia, pero al no quedar considerados, echaron mano de la buena voluntad de los vecinos y cada domingo había vendimia de antojitos para restaurar el Interior y para el exterior se buscó el apoyo de Gobierno del estado.
«Además quisimos tener la escultura de San Juan de Dios, para lo cual se hizo un concurso y lo ganó don Ildefonso Durán Lorea, quien además nos arreglo la Cruz de Caravaca, la cual un día amaneció destruída. Yo me considero la guardiana del barrio, procuro invitar a los niños y adultos a no maltratar los prados, es un lugar de todos pero debemos cuidarlo.
Nos comenta la importancia que para ella significa vivir en un barrio, pues es un lugar donde conoces a todos los vecinos, lo que no ocurre cuando se vive en un barrio o una colonia, dónde muchas veces desconoces quienes son tus vecinos y yo estoy dispuesta a seguir trabajando por mi barrio, por su identidad» concluye.
Como dijo la maestra Luz Ma, es parte de nuestra identidad y es emotivo recordar a algunos de los personajes de nuestro barrio, o tener recuerdos de nuestra infancia al transitar por las calles de San Juan de Dios y sus alrededores.