Llevar el arte a todas partes es una de las consignas del tapatío Mario Fragoso, quien desde hace algunos años, avecindado en la ciudad de León
le dio por explorar el arte de una manera poco convencional, a partir de lo digital sin embargo, ha causado un verdadero éxito no sólo los lienzos para pared realizados en diferentes materiales, sobre todo acrílicos, ese arte lo llevó más allá: Una serie de bolsos y carteras de todo tipo, con lo cual, empezó a vestir de arte a muchas mujeres que encontraron en si firma, un elemento de buen gusto para la vida diaria.
El siguiente paso de Mario, fueron prendas de vestir casuales, como ruanas, pero también zapatillas de dama, carcasas y fundas para celulares, complementando los diseños de sus bolsos.
Desde 2020, su creatividad la llevó al calzado casual, ese que es de uso común en estos momentos y así, los tenis, tanto de hombre como de dama adquirieron otro estatus de elegancia personalizada, para enseguida dar paso a la intervención de prendas de vestir como pantalones, chamarras, camisas.
Sin embargo, en la reunión a la cual fuimos convocados hace unos días al Café Soren nos encantó algo que ya sabíamos era el paso siguiente: Su línea de mantelería con un estampado inspirado en la naturaleza, en la aves, en los colores cálidos, de muy buen gusto para vestir la mesa con clase y estilo.
Además de ello, está el Mario filósofo. ese que ve la vida diaria y toma de ella las frases adecuadas para sus reflexiones que nos acompañaron en cada uno de los cuadros, personalmente me impactó Vacío, una cáscaras de tomates son las protagonistas. Una vez tomado el fruto, la cáscara es desechada, se encuentra vacía, así como muchas personas nos sentimos después de darlo todo. Otro cuando que atrapa desde el primer momento, es Mirada: Unos ojos que miran a lo lejos a sus seres queridos, a su amores cotidianos, la vida misma y esa mirada es la de todos y cada uno de nosotros, prisioneros en nuestro propio cuerpo viviendo una pandemia que nos ha alejado de quienes amamos y que sin estar presos, nos ha hecho prisioneros de nuestras propias emociones.
Este es el universo de Mario Fragoso, una invitación a la vida y a la reflexión a través de su arte convertido en piezas para la vida diaria.