Una de las tradiciones más arraigadas entre las familias de la colonia Obregón, del Barrio de Santiago, de las que habitaron la calle 5 de mayo y sus alrededores, es acudir en estas fechas a visitar a la Virgencita de las Tres Aves Marías como se le conoce de manera coloquial a esta bella imagen tan entrañable para muchas personas, quienes pese a ya no ser vecinas del rumbo, año con año regresan como si se tratara de la madre amada.
El año pasado, pese a la pandemia no fue la excepción. Ciertamente, se admitió poca gente en la festividad y misa, se siguieron celosamente los protocolos sanitarios, y aún con cubrebocas y alcohol en gel de por medio, no faltamos a la cita.
Como si fuera un edén y ella la flor más hermosa, al centro del templo una cama dorada, con colchas hermosamente tejidas o bordadas y María, sin muestras de muerte, duerme el sueño eterno, mientras el ambiente se perfuma con olor a nardos y manzanas, esa fruta que fue la tentación y expulsión del paraíso, este día se convierte en emblema del triunfo de la madre de Jesucristo sobre el pecado y la muerte, pues fue la mujer que dio vida al redentor.
A partir de este 13 de agosto, el Templo de las Tres Aves Marías, ubicado en la calle 5 de mayo vive su tradición más arraigada, este año y de nueva cuenta, la asistencia será limitada por las restricciones para ingresar a la iglesia. Sin embargo, con mucha emoción se recibirá a los fieles que acuden a velar a la Virgen María con motivo de la celebración de su Asunción al cielo y lo hace con sus mejores galas, llena de incienso y flores, con la dicha de saber que María goza de la gloria.
La tradición señala que el 14 de agosto miles de leoneses de todos los estratos sociales acuden generalmente a venerar a su madrecita, el rezo del rosario, el novenario que le precedió, llenan la iglesia totalmente no sólo con la presencia física, sino con oraciones y plegarias, este año de nueva cuenta será muy restringida la ceremonia.
La fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen María, se celebra en toda la Iglesia el 15 de agosto. Esta fiesta tiene un doble objetivo: La feliz partida de María de esta vida y la asunción de su cuerpo al cielo.
“En esta solemnidad de la Asunción contemplamos a María: ella nos abre a la esperanza, a un futuro lleno de alegría y nos enseña el camino para alcanzarlo: acoger en la fe a su Hijo; no perder nunca la amistad con él, sino dejarnos iluminar y guiar por su Palabra.
Es costumbre muy extendida en el centro del país de colocar la imagen de la Virgen María Dormida, en una cama preciosa, y rodeada enmedio de frutos propios de la estación, sobresale la manzana, como la nueva Eva, la puerta de regreso al paraíso después de la muerte de Jesucristo y la liberación del dominio del pecado.
La noche del día 14 se realiza la Misa de Asunción y se reparten flores y manzanas a todos los asistentes, como un recuerdo bello de la celebración de este dogma.
Foto: Ángel Parra Hernández, Templo de San Francisco de Asís.