¿Se podrá conocer el alma de un artista con sólo observar su obra? Esta dice mucho de lo que el artista lleva y la vida de Eliseo Mijangos sin duda alguna está llena de color, no el balde nació en un estado donde la vegetación es prepoderante y esa calidez tropical la convierte en su paleta cromática llena de colores vibrantes, pero también de la realidad de México.
Un artista generoso, quien incursionó desde muy niño en las artes plásticas, lo mismo el grabado que la pintura en diversas técnicas, además de muralista y grabador, también fue y por muchos años, un destacado restaurador del INBA y maestro, quien generoso, compartió sus conocimientos y pasión a sus alumnos y a cuantos se acercaron a él para obtener un poco de sus conocimientos.
«El ser restaurador me tomaba mucho tiempo, de tal manera que dejé por un tiempo las artes plásticas y lo único que me quedaba era hacer diseños, dibujos, era lo único que podía hacer. Ahora y ya después de este tiempo vuelvo a retomar otra vez mi primera carrera con una serie de obras. Quiero agradecer a este grupo de amigos queridos que hayan tenido la voluntad de homenajearme por mis 80 años con esta exposición»
Guillermina Guadarrama, investigadora del Centro Nacional de Investigación y Documentación de Artes Plásticas CENIDIAP/INBA y autora de entre otros de La ruta de Siqueiros señaló: «Es un honor estar en este lugar haciendo el homenaje a un hombre, al maestro Eliseo, porque se lo merece, es darle el reconocimiento a un ser generoso, que cuando me acerqué a él, me hizo estudiar sobre las diferentes técnicas para saber de qué estábamos hablando. Siempre me ha apoyado y por ello, aquí estoy para dar este homenaje».
Para Álvaro Gómez, este homenaje es una justicia en el arte mexicano, el hacer una retrospectiva del maestro Eliseo Mijangos de Jesús, artista, muralista, maestro, restaurador. Es la primera que se le realiza en el país y se ha podido reunir alrededor de 75 obras del maestro de coleccionistas de diversas partes del país, es la primera de diferentes homenajes que se harán al maestro Eliseo Mijangos. Desde los primeros grabados realizados a la edad de 13 años en el Taller de Artes Plásticas del INBA hasta una pintura realizada hace solo unas semanas, es lo que podrán admirar los visitantes a esta muestra.
«Eliseo Mijangos de Jesús, es uno de esos casos de artista múltiple, que también es
educador. En su obra se descubren múltiples símbolos, trazados con su lápiz, su gubia y su
paleta de color, despertando emociones “otras” llenas de significantes. En su imaginario
disocia dos metáforas de identidad, la propia, la social y la de nación. La primera
manifestada en sus autorretratos, en los que refleja, a través de sus expresiones faciales,
sus estados de ánimo, hasta Memorial Gráfico. Narrativas de cuarentena, vivencias muy
personales durante la pandemia que nos abruma.
Otras individualidades, la representa a través del cuerpo del otro, femenino o
masculino, en la diferencia, en el movimiento; un pretexto para la mediación reflexiva con
la que borda la sensualidad, el juego del deseo; el cuerpo como utopía o idealización. Sus
imaginarios sensoriales son amplios, eros parece ser el principal, pero no es el único. Otros
placeres también producen emociones sencillas o profundas, auditivas incluso, cuando se
observa a La negra cantante de jazz, cuyo cuerpo parece mecerse al ritmo de la música.
La complejidad del cuerpo también está en el interior, cruzado por la piel, de donde
emergen las sensaciones, los reflejos, las reverberaciones, la alegría, la tristeza, pero
también las enfermedades, el cuerpo deteriorado que decae. El dolor ante la muerte de
alguien, que se arrastra, que ya no siente, pero que alguien lo siente, lo carga, le duele. Se
trata de cuerpos hablantes.
La realidad es un constructo, el hilo perdido de lo que pasa en la cotidianidad, que el
artista presenta a través de abstracciones concretas, creando escenarios ficcionales, como
una forma de escaparse del mundo, del propio cuerpo, pero le impregna un leve tinte de
crítica social para indicar la deshumanización de la sociedad. La indolencia simbolizada en
Síndrome de la educación nacional y Hamacoide, y para que no falte el sentido de
identidad nacional, incorpora a su producción a Nanahuatzin, El flechador de estrellas y
Coyolxauhqui. No son ilustraciones de personajes, sino la imaginación que teje lazos para
generar diversas sensaciones, percepciones, afectos, en suma, es el tejido sensible».
Guillermina Guadarrama
Eliseo Mijangos nace en la ciudad de Minatitlán , Veracruz , su primer encuentro con la pintura mural se da en la ciudad de México cuando saliendo del taller infantil de artes plásticas se dirige al edificio de la Secretaría Pública junto con algunos compañeros y observan los murales Diego Rivera.
Para la década de los años 60’s y ya estudiando en la escuela nacional de pintura, escultura y grabado “la esmeralda” tiene como maestra de composición y dibujo constructivo a Ruth Rivera, hija del muralista Guanajuatense. Para el 4º año de la carrera su maestro de mural es el gran pintor Pablo O’Higgins de quien aprende la técnica y materiales, realizando prácticas en una escuela.
El primer mural que realiza, lo hace de manera colectiva en una primaria con la técnica de acrílico sobre muro directo, ya en lo individual trabaja en una obra en la ciudad de Yurécuaro, Michoacán en una superficie de 120 m2 plasma el tema del campesino y la mecanización, en el mismo lugar pinta otro mural celebrando el período cardenista.
En 1970 crea un mural en el tecnológico de Veracruz, se trata de un tríptico pintado con acrílicos sobre paneles transportables. Otra obra la lleva a cabo en el vestíbulo de un banco en la ciudad de México con una superficie de 24 m2 y el tema de los trabajadores.
Posteriormente se da una simbiosis de Eliseo con la pintura mural que está fuertemente vinculada con la conservación y permanencia de este valioso patrimonio nacional, ingresa al CENTRO NACIONAL DE CONSERVACIÓN Y REGISTRO DEL PATRIMONIO ARTÍSTICO MUEBLE (CENCROPAM) del INBAL. En este periodo de su vida se concreta una fusión profesional que lo lleva a conocer y convivir con grandes obras y autores, productos del Muralismo Mexicano como pocas personas lo llegarán a hacer.
Por más de 40 años, Mijangos palpo cada vértice que conforma las dimensiones de una creación plástica monumental, tal cual estratega decidido a ganar la batalla frente, a través y detrás del muro. Desmembrando, en ocasiones de manera literal, arrancaba la piel que es la ínfima capa pictórica, tal cual galeno que, con pulso y sagacidad quirúrgica, dejaba al descubierto estratos como la cal, cementantes, arena y ladrillos.
Únicas mentes como la de Eliseo, escudriñan, analizan y resuelven teoremas técnicos y estéticos, legando para la posteridad la permanencia de murales en México y en el extranjero.
Ya en tiempos actuales tres han sido los ejes sustanciales en los cuales ha volcado su creatividad: la enseñanza, el rescate de técnicas tradicionales y el asesoramiento técnico a otros artistas. Es así que en estas dos primeras salas de la exposición se encuentran ejemplos de obras creadas por Eliseo Mijangos, en su mayoría desarrollados como instructor de cursos y talleres y en donde ha dejado girones de su basto saber sellados con fraternales entregas de su infinito ser.
Juan Montoya Polin.
La exposición Mundos Imaginarios. Metáfora de la realidad estará expuesta en el Museo de la Ciudad de León en la sede de Pedro Moreno desde este 30 de junio hasta el mes de octubre, para que pueda ser admirada por quienes gustan de la obra del maestro Mijangos y para quienes no lo conocen, es una maravillosa oportunidad de conocer parte de su enorme acervo.